Motofest - Santa Rosa de Calamuchita

¡que momento!

 

Viernes, 12 del mediodía en punto cargué los bolsos en la moto. A las y cuarto estaba llenando el tanque y emprendiendo el viaje. La ansiedad puede más, miré las ruedas pero no medí la presión, el aceite para qué mirarlo...

 

La salida por Av. Godoy, y el cruce en Soldini fue un tanto tortuoso, mucho tránsito y el pavimento todo roto. Finalmente la ruta, acelerar en todas las marchas que tiene este aparato y sentir que empezaba el viaje. Pasando Pérez el viento se hace sentir, muy fuerte desde el frente y la izquierda. Así hasta Casilda, luego hasta Arequito.

 

 

Aire a las ruedas, liberar la vejiga y seguir viaje. Pasado ya
Arequito cambió el viento o algo así y pude ir un poco más rápido. Miraba la hora y no había forma de llegar a horario. A las 15 tengo que estar en La Laguna para encontrarme con Janusz. a 120 Km/h el camino pasa más rápido. No hay preocupaciones como las de antaño. Mi mejor moto fue sin dudas la gilera 500 de 1949. En ella sí confiaba; llevó un tiempo por supuesto, pero llegó el día en que era subirme y partir sin preocupaciones. Me llevó a Bariloche en 1993, a Chile en 2001, a numerosos rallies. La extraño un poco. Paro en Inriville a comprar salame y queso, casi una ceremonia desde aquella vez que paramos con Guille en alguno de nuestros viajes. No hay vez que no pare.

Sigo a 120. Pocos autos. Me pasan 2 pisteras, la 2da metiendo un bramido que asusta. Van rápido. ¿a cuanto irán?... no termino de calcularlo y simplemente desaparecen en el horizonte. El indicador de nivel de combustible está empezando a preocuparme. Pero no quiero parar, quiero llegar al cruce de la 6 con la 4. Janusz debe estar esperándome en la estación de servicios. Finalmente llego, 45 minutos tarde, ya en reserva. Muy bajo rendimiento, supongo que por el viento y la velocidad del último tramo. Muchas motos en la gasolinera, pero mi amigo no está. Lleno el tanque, espero. Le entro el diente al salame y al queso.

¿habrá tenido algún problema? ¿sigo hacia Calamuchita o vuelvo hacia Venado? Janusz no es amigo de la tecnología, no solo viaja en una BSA de 1948 sino que además no usa celular. Cuando estoy por salir hacia Venado, un parroquiano pega el grito "¿estás esperando a un amigo de Venado con moto antigua?". Qué alivio!. Resulta que el amigo llegó a horario, pero luego se movió del lugar de encuentro, estaba unos 300 metros más allá, donde arranca de nuevo la ruta, por miedo a que yo venga de otro lado y no vea la estación de servicio. Salgo a su encuentro. 120 parejitos, ya aparecerá. Luego de un largo rato y muchos kilómetros lo alcanzo.

Sin parar nos saludamos con un golpe de puño y comienza otro viaje.
No habremos hecho ni 5 km cuando la BSA acusa recibo de la proximidad de 2 potencias. Un socio de La Sociedad de los Motores Muertos junto a un integrante de Los Pelos de Panza. La energía en la atmósfera fue mucho para ella. Banquina. Nos saludamos ahora si con efusivo abrazo. Estamos cambiados. Muchos años sin vernos.

Mirar bujia, cambiar por una nueva. chispa ok.
Nada...
Nafta en el tanque hay.
Pero no baja.
Mejor dicho, baja del tanque, pero no quiere entrar al carburador.
¿probabilidad de que el flotante se haya hundido y quede trabado abajo, cerrando el ingreso de la nafta? casi ninguna. "casi..."

Seguimos viaje. 95, 100 km/h.
Preguntando se llega a Roma. Por suerte vamos a Calamuchita así que tuvimos que preguntar menos. Faltando 40 km paramos a tomar algo en estación de servicio. Larga charla de café, y 2 viejos amigos que vuelven a descubrirse poco a poco.
Al rato empezamos las curvas, la primer bajada abrupta, la moto y el cuerpo que quedan como en el aire medio segundo que es eterno. El grito de placer dentro del casco, y la piel de gallina...

 

Motofest. No se qué es, pero acá estamos.
Luego del armando de carpa, saco salame, queso y pan casero. ¿para bajarlo? The Famous Grouse y charla de amigos.
Ya sin morfi, solo quedó una cosa por hacer: ir a buscar hielo y seguir tomando.
En algún momento se hizo de noche. En algún momento se terminó la bebida. rock'n roll neennnnnnne !


Que noche bariloche !. recuerdos: comimos un chorizan; en algún momento fuimos a andar en moto; terminamos arriba del escenario; tomamos otro poco de whisky prestado; moto viboreando a la salida del puente, con la arenisca; la chica de la foto no se quién es; vomitando en algún lugar; una caída con la moto en el pasto. No son recuerdos que estén en orden, son recuerdos nada más.

Amanecí en la carpa, que no es poco. Mi amigo dice que cuando llegó yo ya estaba allí. No recuerdo haber vuelto de ningún lado, tampoco de haber ido. Mañana en patas por el motoencuentro. Agua mineral y chipá. Un muchacho me saluda y pregunta como estoy. Parece que ayer me ayudo a levantarme con la moto del piso. Mirá vos!. Cámara de fotos perdida, una pena. No había fotos comprometodoras, pero si divertidas.
Finalmente llega Roberto, cerca del mediodía, con su canguro KLR 650. Recortada, levantada de atrás y bajada de adelante. ¿almorzamos? creo que si, no recuerdo ahora qué.

Salida a Villa General Belgrano. Los muchachos toman fuerte las curvas. Me da un poco de miedo, ¿serán los años? ¿el alcohol de anoche? Los amigos, cerveza; yo heladito de limón, cabeza partida. Hace calor, volvemos. Nuevamente algunas curvas me asustan. Malditas curvas!. Bicho citadino de las pampas húmedas tratando de doblar en la montaña...

Necesito pasear, salgo a ver los puestos y compro un anillo de caravela. Quiero algo más. Salgo en la moto, rumbo a Villa General Belgrano; sigo de largo, un camino a la izquierda me invita. Lo sigo hacia Los Reartes, y hacia Potrero de Garay, donde vive Jorge. Pero es tarde, sigo un trecho más y ya en la nada de la montaña detengo la moto. Silencio, miro mi casco todo remendado que ya está para jubilarse. recuerdo cuando lo compré hace... 20 años. Mierda!, como pasa el tiempo.

Atardece y hay que volver. Curvas, curvas y más curvas. Trato de retomar la confianza pero una se empecina en asustarme. El miedo no es zonzo, así que le hago caso y aflojo la marcha.

Tarde en el río Calamuchita, filosofando con el agua hasta el cogote, riéndonos de nuestras ocurrencias, armando el estatuto conjunto de nuestras agrupaciones: "allí donde se encontrasen dos miembros de las agrupaciones, cada cual hará lo que se le cante el orto", o bien "el parche se defiende a muerte, siempre alineándonos con el grupo que sea más numeroso", y cosas por el estilo.

Trato de dormir un poco, pero el rock empieza temprano. Los amigos desaparecieron. Vuelven con carbón y asado.

El asado está en su lugar, chillando ya en la parrilla. Las chicas me reclaman que no ayudé en nada. "por favor!, recién llego del trabajo, dame un minuto de paz!" ja ja ja ja ja… La BSA hizo de mesa para el asado. Casi completito, pero regado con Sprite y no con vino. El hígado aun no se recupera.

Noche. Rock'n Roll, siempre Rock'n Roll…
Pero hoy no, subo a la moto y salgo a pasear. Por allá sale una ruta. voy 'a' por ella hacia Yacanto. Con muy poco tránsito, se interna en la oscuridad. Otra vez en la nada absoluta. Apago el motor, sin casco. Cielo estrellado sin luna… momento zen.
El cansancio se hace sentir, emprendo la vuelta al camping. Retorno en piloto automático. Con la Honda nos estamos conociendo, por suerte ella conoce la ruta de vuelta. En el escenario suena La Misisipi, blues para calmar las fieras. Carpa. Sueño. Dormir.

Maldita costumbre de despertarme 7.30 hs. Hago fiaca un rato y escucho que se levanta Robert. Somos 3 en una carpa para 2. apretaditos dormimos los muchachos!
Pasa un rato. Me levanto. El robert bailando la danza de la chispa, a ver si puede hacer arrancar su KLR con poca batería.
¿Tengo ganas de???... andar en moto!!!. busco casco, guantes, campera. Se levanta Janusz, el quiere ir a vistar al Inglés a Villa Gral. Belgrano, Robert quiere ir a Cerro Pelado, que queda cerca de Amboy. Respetamos a rajatablas el reglamento conjunto y cada cual hace lo que quiere. Me voy con Robert a conocer Amboy, Cerro Pelado y a descansar y charlar en un arroyito en Villa Amancay, su lugar en el mundo y donde le gustaría ir a vivir.

Volvemos. Todavía le aflojo en las curvas. A los 7 km me doy cuenta que no tengo los anteojos, quedaron en el arroyito. ¿los dejo, no los dejo, los dejo, no los dejo?... No los dejo. Le aviso a Robert, quien sigue viaje y vuelvo raudamente. No ha pasado nadie, así que los encuentro tirados en el piso. Retorno a la ruta, ya un poco más suelto de muñeca, las curvas amplias las tomo como vengo. Hasta que aparece el puente y curva al salir de él. Rebaje, rebaje, freno, rebaje... la puta que lo parió!, termino doblando del otro lado, bien pegado a la banquina opuesta... aflojo y vuelvo paseando.


Nuevamente los 3 en el camping, y Robert que dice "a que te pasaste en la curva del puente" ja ja ja , risas y más risas. La KLR necesita ajuste de cadenas. Un vecino nos presta herramientas, pero... el último gomero que la tocó se encargó de machucarle uno de los extremos al eje. Nada es fácil en esta vida, ja ja ja. Nuevo socio de la SMM.!
Desarmamos la carpa y comemos las sobras del asado, queso, melón y las gaseosas dejadas por los vecinos amigos que se fueron hace un rato. Se hace el mediodía entre palabras y más palabras. Todo listo, o casi. Como esas preguntas retóricas que esperan una respuesta irónica, pregunto "¿ajustaste el eje de la rueda trasera?"... obviamente no. la tuerca giraba flojita con la mano nomás. ¿Que otra cosa hacer sino reírnos?
Ahora si, casco, lentes, guantes, motos en marcha... "esperen muchachos, esperen!". Dos periodistas se acercan a hacernos una nota. Y el Janusz, que es medio mudo, no puede con su verborragia y arranca. Fotos, poses, risas, buscamos la sombra.
Filosofía motera, explicar que el dueño de una moto no es motociclista. El motociclista puede ir en colectivo o caminando, pero siempre será motociclista. El dueño de una moto te muestra que tiene solo 3000 km en 3 años de uso. Y claro gil, si no la usas.

Finalmente arrancamos, la BSA sin luces, no se por qué... ja ja ja. Así que la BSA viaja al medio, como para taparla de la caminera y que no la multen. Preguntando se llega a Roma, y preguntando se vuelve de Calamuchita. Paramos en "la capital del maní" a cargar nafta y charlar otro rato tomando un agua. Seguimos hasta La Laguna, lugar de desencuentros. Detrás de la BSA y la KLR, el sonido de los monocilíndricos me vuelve en el tiempo, viajes hechos con las antiguas, donde los sonidos se superponían y hacían una música única, que solo conocen los que la experimentaron. Si, es cierto, todavía extraño a mi Gilera, todavía la amo, esté donde esté.

En La Laguna debemos separarnos nuevamente. Le agrego aceite a la Honda, no sin hacer un enchastre en el piso con el embudo improvisado de una botella. Y siguen las palabras, y no queremos partir, no queremos separarnos. Pero hay que hacerlo. Abrazos, ultimas risas juntos viéndonos cara a cara, y arrancar cada cual para su lado. Un poco de tristeza, pero una sonrisa grande del camino que recorrimos juntos.

La Honda ahora viaja a 110, un poco más de los 95-100 a los que me traía el polaco con su BSA. Queda poca nafta, tengo que parar. Cómo cambió el rendimiento viajando despacito, mucho más que los escasos 260 que hice de ida con viento en contra y apuro por llegar, ahora marca 330 km y todavía no entré en reserva.

En la gasolinera para una chica que viaja con su hijo en una Shadow 1100.
- ¿a cuanto viajan?
- 120
- ok, voy con ustedes.
Pero ella tiene el cuentakilometros en millas, así que me lleva hasta el próximo pueblo a 130, yo apilado en mi hondita para no sufrirla tanto. El siguiente tramo a 110. Miro la imagen desde afuera y sonrío dentro del casco; dejamos un amigo, en el camino encontramos otros.

Al siguiente pueblo ella dice "esa cadena está floja". La primer reacción del macho, "si, está bien, no pasa nada" (separado hace poco y esta mujer me dice lo que tengo que hacer!!!). Pero insiste. Hago caso, paro y miro. Intento estirar con las pocas herramientas que tengo, no puedo. Pero ella insiste!, vamos a esa estación de ahí.
En la estación un gauchaso nos presta herramientas, y finalmente estiro la cadena.
¿algo más seductor que una mujer linda viajando en moto? si, una mujer linda, tatuada, viajando en moto, que no tiene miedo en darte una mano y engrasarse, y que cuando le preguntás si pertenece a alguna agrupación te dice "no, yo viajo sola".

Seguimos viaje, ahora a 120, hacia Casilda, luego apuntando hacia Rosario, y en Zavalla nos separamos. Ella desvía en el cruce ya que va a Villa Constitución, espero poder recordar el nombre para buscarla en el feisbuk.

En Pujato me quito los lentes negros, ya oscurece y estoy cerca, el viaje está terminando. Repaso los 3 días y no encuentro un momento en el que no me haya divertido, que no la haya pasado bien. Perez, ya casi estoy... pero... en una esquina, en un bar, una Harley que no conozco. Miro, y ahi está Luisito. Freno y subo a la vereda, me quito el casco, pido una cerveza y empiezo a contar el viaje. Al rato somos 5, Juan con su BSA, Ernesto con la BMW y otro amigo con Siambretta. El viaje que nunca termina...

9 y pico de la noche. Arranqué a las 12 de Calamuchita. Ya es hora de llegar. Me despido, voy hacia el merecido descanso. Suena el teléfono, respondo: "no, todavía no llegué, te llamo en un rato".

Llegar, guardar la moto, llevar los bolsos al departamento. Si me siento ahora no lo llamo más. Voy al locutorio. Hablo con Janusz otros 10 o 15 minutos. No poder parar de reirnos. No, el viaje no terminó.

Pasan los dias y de a poco uno vuelve a la "¿normalidad?". Ayer, por esas cosas de la vida, quería hablarle a Janusz, contarle no sé que cosa, pero no tiene celu, no se cuando mierda se lo encuentra, así que dejo ir el pensamiento... ring... si, es él. (no, no soy puto ni estoy escribiendo una historia de amor, es así como sucedió, ja ja ja ja).


Y reir nuevamente. Darnos cuenta del buen momento que pasamos, que si uno quiere repetirlo nunca saldrá igual: el viento de frente; el desencuentro de La Laguna; el carburador de la BSA; el café para reconocernos nuevamente; el whisky con salame; el rock'n roll y el blues; la borrachera; el miedo a las curvas; el nuevo amigo; solo en la montaña; noche estrellada en la ruta; asado con amigos; arroyitos y lentes perdidos; ronroneo de los monocilíndricos; charlas únicas e irrepetibles; un hasta luego; belleza en shadow; cerveza en Perez...
- "este fue el mejor encuentro que fui en mi vida"
- "el mio también".
Y de ahi a escribir este relato.

Y aunque dudo que mi maestro de zazen esté de acuerdo, todo esto fue un "momento zen". Claro que lo fue!

 

Ya vendrán nuevos buenos momentos!

 

Rodrigo