Pero qué haces Euge !

Pero qué haces Euge! gritó Mónica tras el sonoro sopapo que Eugenia le puso al que tenia enfrente, ese que le sopló las 7 velitas en su propio cumpleaños.

Eso fue ayer, y hoy Mónica comentaba lo que había hecho la nena. ¿A vos te parece? ¿A mi? y que se yo!. Cuando era chico una vez me agarré a las trompadas con Capilo porque se había quedado con un soldadito de mi torta. Y también me puse a llorar como Eugenia cuando mi vieja lo defendió al otro. No me acuerdo que cumpleaños fue, pero se ve que los soldaditos eran una cosas muy importante.

Hoy en día un soldadito de plástico no creo que despierte el mismo entusiasmo que cuando éramos chicos. Ahora si no hablan, son articulados, te atienden el teléfono y se peinan solos la verdad que no sirven para una mierda.

Teníamos un par de fuertes de esos de palitos de madera, con torre y todo. Desde allí se caían y morían los cowboys y los indios. También tuvimos la casa del sheriff, que se le habría la mitad del techo y podías jugar con los muñequitos adentro! No había un carajo adentro, nada de cocinitas, o camas, o sillitas. El set de baño para las barbies viene sin inodoro (parece que las barbies no hacen caca),  así que busque de otros juguetes un inodoro y lo planté en donde corresponde. Ven nenas? Acá está barbie haciendo caca!   (a ver si todavía las nenas me salen medio estreñidas).

No es una casa de barbie de plástico, no señor! La hicimos con Mónica hace un par de años, para Navidad. Pero como papá Noel no hizo a tiempo, la terminaron trayendo los reyes. Euge y Jime dicen que los reyes agarraron cosas de casa para hacer la casita, porque la tela de las cortinas son las mismas de no se que cosa que vieron por ahí. Tiene entrada para el auto y ocupa un lugar asquerosamente grande en la pieza. Encima ahora es solo depósito de juguetes. ¿Cual será la forma de mantener el entusiasmo en los pibes por más tiempo? Es medio frustrante andar trabajando tanto, o pensando si le va a gustar tal juguete, para después verlo olvidado en el patio lleno de tierra.

Volviendo al cumple,  fue en un pelotero,  esos lugares que me hubiera gustado tener de chico,  como un castillo gigante de esos donde jugaban mis soldaditos. Un espectáculo vea, si con los muchachos decíamos de alquilarlo fuera de hora exclusivamente para los grandes.

Las sorpresitas las mandó la abuela Ana desde Bolivia. Para los varones unos autitos y unos trompitos de nombre irreproducible que sirven para hacer batallas  (¿donde quedó el yo-yo Russell?), para las nenas unos anteojos con formas raras, muy copados. Los que no fueron al cumple hoy le reclamaban a Euge las sorpresitas. Pero que se vayan a cagar!, hubiesen venido mierda! sshhh, eso no se dice.

¿Teníamos sorpresitas de chico? no me acuerdo, creo que no, y piñata a veces. Un buen payaso y/o mago en el mejor de los casos, que tanto! Tengo torta en la heladera como para una semana más. Si alguno quiere, después de las 7 se pega una vueltita, nos tomamos un Nesquik y les presto unos soldaditos y motitos que tengo por ahí celosamente guardados.

Rodrigo