Diario 2 - parte a

Diario de La Sociedad de los Motores Muertos

Nro. 2 - Diciembre de 1997 ???

Conde de Bostherson: Los he llamado para aclarar ciertos puntos de vuestra nota, que se alejan bastante de la realidad. Mi tátara abuelo fue un gran inventor, no solo de la motocicleta sino de otros descubrimientos que cambiaron la historia del mundo. El último modelo que ustedes mencionan fue perfeccionado por los sucesivos descendientes; en este momento el tanque de agua esta colocado en el lugar convencional, usando agua comprimida, lo que permitió disminuir el tamaño del tanque un 1 %. El otro modelo, el de la manguera, cuenta con un alcance mucho mayor, ya que hoy en día se consiguen mangueras de hasta 1000 metros, que es la distancia justa hasta el mercadito de la esquina.

S.M.M.: ¿Es cierto que pretendió patentar el invento en 1995 ?

C.B.: ... Bueno ... sí ... en fin. Un día me dijeron que nadie había patentado todavía la motocicleta. Sabe los millones que ganaría el que la patentara. Pero no, cuando llegue me dijeron que había llegado tarde, no sé cuantos años tarde...

S.M.M.: ¿Y el curanderismo ?

C.B.: No señor!. No es cierto que me haya dedicado al curanderismo, sino a la curandera, que en la actualidad es mi señora. Desde entonces vivimos muy felices en la casa que herede de mi tátara abuelo.

S.M.M.: ¿A que se dedica usted actualmente ?

C.B.: ... ¿promete no publicarlo ?

S.M.M.: Por supuesto.

C.B.: Hace unos años conseguimos fabricar un motor que funciona con agua, vino una multinacional y me compro en unos cuantos millones el invento. Lo que sucede es que hay muchos intereses y a nadie le conviene que salga ese motor al mercado. En la actualidad tengo un puestito de alquiler de bicicletas en la plaza de la localidad de Bosther, pero es solo por diversión.

S.M.M.: ¿Todavía conserva la primer moto de su tátara abuelo ?

C.B.: ...(comienza a lagrimear). No me va creer, pero un día vino un motociclista a visitarme. Venía de una lejana tierra, tomando un extraño brebaje en una calabaza con un fierrito y un termo debajo del brazo. Empezamos a charlar, nos hicimos amigos y dijo que me iba a cocinar una comida típica de su país, llamada asado. Me fui a seguir con mis cosas y lo deje en el establo, cuando volví para ver como andaba el asunto me había prendido fuego a la moto (que era de madera). Diga que me desmaye, si no lo mato ahí mismo. Para cuando desperté ya se había ido, y no pude salir a perseguirlo porque (para variar) ninguna moto funcionaba. No me puedo acordar de que país me dijo que era, Argen-no-se-que....

S.M.M.: ...Bueno, bueno, muchas gracias don conde, la verdad es que estoy apurado, otro día la seguimos, hasta luego...

C.B.: Hasta luego, Sir periodista. ¿De donde me dijo que venía ?

S.M.M.: De Rosagasario…